Kenya, 2011

In Latin America, fifteen is the coming-of-age celebration for young women, similar to the sweet sixteen celebrations in the United States. When I turned fifteen, my parents gave me a choice  between having a birthday party or taking a trip. Without a second thought, I chose a trip to Kenya to see the annual wildlife migration in the Serengeti's great plains, the elephants in front of the Kilimanjaro, and the crocodiles eating wildebeest while crossing the Mara River. These experiences opened my eyes to how the circle of life works. Nature does not waste anything. The Masai people also showed me how wisely they use the scarce resources around them.

Less than half a century ago, Kenya was a very popular hunting spot among wealthy people from Europe and the United States who were seeking to kill "The Big Five." These included elephants, lions, rhinoceros, buffaloes, and leopards because of they supposedly posed a threat to the hunters's lives.

Luckily, times have changed, at least in Kenya, and the only way to legally "shoot" the "Big Five" is with a camera. On this trip, I had the chance to capture the "Big Five" with my own pictures. At the beginning, I only found four of the five targets. I was missing the rhinoceros! By the end of the trip, I thought I was going to have to leave without seeing it. With a great deal of luck and patience, I left Kenya with the pleasure of seeing this magnificent animal whose horn is coveted to be sold to superstitious people that use it for "medicinal purposes."

This trip not only showed me the magnificent animals that Kenya has to offer the world and, despite rampant poverty, its people taught me to appreciate what I have. They also taught me to be more aware of the need to protect nature not just for the animals but also for the people that depend on it. I hope you enjoy the sample of the best photos (among hundreds that I took) I uploaded to share. 

Cuando cumplí quince años, mis padres me dieron a elegir si quería una "fiesta rosada" o un safari. No lo dudé ni un minuto y escogí el viaje a Kenya, África. Ver la migración anual en las llanuras del parque Serengeti, los elefantes al pie del Kilimanjaro o los cocodrilos devorando ñues en el dramático cruce del río Mara, fueron experiencias inolvidables porque abrieron mis ojos a cómo funciona el círculo de la vida. La naturaleza no desperdicia nada, al igual que lo hace la gente del pueblo Masai, que me mostró lo sabiamente que utiliza los escasos recursos a su alcance.

Hasta hace menos de medio siglo era muy popular entre la gente adinerada de Europa y Estados Unidos viajar hasta allá para cazar a los llamados "Cinco grandes". Los "Cinco grandes" eran llamados así por los supuesto peligros que debían afrontar los cazadores, e incluían a elefantes, leones, rinocerontes, búfalos y leopardos.

Pero por suerte y la menos allí, ahora la única forma de "dispararles" legalmente es con una cámara. Y en este viaje tuve la suerte de poder capturar a mis propios "Cinco grandes" en fotos. Al principio sólo encontré a cuatro y me faltaba el rinoceronte, y para al final del viaje ya me estaba haciendo la idea de que me iba a ir sin ver el quinto. Con mucha suerte y paciencia, pude irme de Kenya después de haber visto una pareja de estas maravillosas bestias cuyo cuerno es codiciado para ser vendido a gente supersticiosa.

Este viaje no sólo me mostró los animales magníficos que hay en Kenya y la pobreza en que su gente vive, pero también me enseñó a valorar lo que tengo y a ser más consciente con la necesidad de proteger la naturaleza para que también la gente pueda vivir mejor.
Espero que disfruten de estas pocos fotos que puse, entre las centenares que tomé.